Cuatro meses después de la muerte de su hijo, el Sr. Ávila vive atormentado, paranóico y bajo amenaza de muerte. Con María, su esposa, recluída en un hospital psiquiátrico y el detective Sánchez jugando para su equipo, parecería que Ávila tiene el negocio bajo control; sin embargo, la nueva compañera de Sánchez, la detective Erika Duarte, alterará el orden de las cosas.